La búsqueda por alcanzar una existencia sana ha llevado a replantear modalidades de vida. Un paso importante consiste en conocer los factores que intervienen en la salud de las personas.
"Lo necesario, sin duda, es que nos ocupemos de aquello que nos hace felices, porque cuando lo somos lo tenemos todo, y si no lo somos lo hacemos todo por serlo." Epicuro De Samos, Filósofo Griego.
La ausencia de la enfermedad es sinónimo de plenitud
Desde siempre se ha pensado que la vida sana es aquella que se caracteriza por la ausencia de las enfermedades. Sin embargo, el desarrollo de las diferentes disciplinas relacionadas con la salud ha generado un nuevo concepto, estrechamente ligado con el bienestar general del ser humano y su calidad de vida.
Estar enfermo se define como enfermedad al estado en que un ser humano padece el funcionamiento irregular de sus órganos o capacidades físicas o psíquicas, que pueden o no causarle dolor o limitaciones en su vida cotidiana.
En este sentido, estar sano es no presentar signos de enfermedad. Pero en verdad, la enfermedad funciona como un síntoma de algún desequilibrio físico, mental o emocional del ser humano que por mas mínimo que sea, puede llegar a interferir en el desempeño de nuestras actividades diarias.
El concepto de salud
La Organización Mundial de la Salud (O.M.S) define la salud como un estado de bienestar integral, tanto en lo físico y psíquico como en lo social. Es decir, un valor positivo que excede los marcos de la ausencia de una enfermedad determinada. La buena salud contempla, entonces, la enorme potencialidad del ser humano para desarrollar cada una de sus aptitudes físicas, mentales, emocionales y sociales. Sólo el equilibrio y la realización de esta compleja plenitud del ser humano conduce a una vida sana.
Lejos de ser un estado estático, alcanzar una vida plena y sin trastornos implica un proceso continuo que puede verse afectado por distintos factores. El desarrollo orgánico propio, las tensiones emocionales, la influencia de hábitos culturales, entre otras cosas, intervienen activamente en nuestra calidad de vida. Atender a nuestro cuerpo, aprender a conocerlo, distinguir las señales que emite en presencia de irregularidades nos puede brindar una de las mayores herramientas para cuidarlo.
Males de cada día
El ámbito social en el que los seres humanos desarrollan su vida suele ser una fuente inagotable de problemas para nuestra calidad de vida. La polución urbana (gases, hollín) y los altos niveles de ruido (máquinas, tránsito, etc.) conspiran contra el desarrollo de una vida san, a ellos se suman un sinnúmero de hábitos contraproducentes, como el sedentarismo, la nutrición inadecuada y el insuficiente descanso y el tiempo dedicado a la distracción. Los especialistas señalan estos males cotidianos como generadores de falta de vitalidad orgánica, que sólo pueden superarse a partir de la toma de conciencia y la implementación de hábitos que restauren el equilibrio que precisa nuestra vida. También es recomendable prestar atención a la mente y emociones. A veces hay situaciones como los fantasmas internos y los recuerdos del pasado que se enredan en inútiles círculos viciosos e impiden dirigir positivamente las energías hacia el futuro. De vez en cuando analizar cómo estamos y qué cosas podríanos cambiar viene muy bien.
"Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina, tu alimento" Hipocrates, Filósofo Griego.
Claves para tener una vida sana
- Escuche a su cuerpo: Aprenda a conocerse a si mismo.
- Sea preventivo: Realice controles médicos periódicamente.
- Aprenda a comer: Nutra correctamente su organismo.
- Beba agua: Su cuerpo necesita mucho líquido.
- Tómese un descanso: Duerma bien, en tiempo y forma.
- Disfrute de la vida: La distracción y el placer no deben ser secundarios.
- Sea sociable: El aislamiento afectivo puede enfermarlo.
- Rechace las adicciones: Aunque parezca que ayudan, no benefician en nada.
- Guerra al sedentarismo: Realice una actividad física regular.
- Gratifíquese: La autoestima eleva los niveles de calidad de vida.