Cuando tantas adolescentes se quejan de tener que estudiar o reclaman por nimiedades, sería especialmente educativo para ellas tener la oportunidad de ver la película "Yo soy Malala".
Esta basada en la historia real de Malala Yousafzai, quien fuera nominada al Premio Nobel el año 2014 por su lucha por el derecho que tienen las niñas de educarse. Este premio lo obtuvo en conjunto con Kailash Satyarthi, un indio que, siguiendo la tradición de Gandhi, ha realizado manifestaciones pacíficas contra la explotación infantil, participando activamente en diversas iniciativas por la infancia.
El documental está basado en el libro "Soy Malala", escrito por la periodista Cristina Lamb. Este constituye un relato excepcional de una familia que vive el destierro por el atentado que sufriera la protagonista por un grupo Talibán cuando vivían en el valle de Swat, en Pakistan.
El inmenso privilegio que significa tener la oportunidad de estudiar es muchas veces poco valorado, así como el contexto en el que se vive.
Generalmente educarse es tomado como algo natural, parte de la vida diaria como comer o vestirse, por lo cual conectarse con una realidad donde la situación no siempre es así, puede ser muy iluminador.
Es importante que los adolescente se conecten con la realidad internacional, ya que estamos iniciando probablemente un nuevo ciclo histórico, que sabemos dónde comienza pero no sabemos cómo seguirá, y menos cuál será su fin. En este contexto, "Yo soy Malala" es un buen filme para pensar en familia o en los colegios. Además puede utilizarse para analizar la realidad desde la perspectiva de género y de la discriminación, de las cuales son víctimas las mujeres.
Malala es buen modelo de valores que permiten disminuir el frecuente egocentrísmo de los adolescentes, ampliando su mirada hacia las necesidades de los otros y a la reflexión de qué es lo que se puede aportar y de cómo desde edades tempranas es posible contribuir para que el mundo sea un lugar más justo.
Quizás lo que mejor describe los valores de Malala en este texto de su libro: "Doy gracias a Alá por el esfuerzo de los médicos, por mi recuperación y por enviarnos a este mundo en el que podemos luchar por nuestra supervivencia. Algunas personas eligen caminos buenos y otras, caminos malos. La bala de una persona me alcanzó. Me hinchó el cerebro, me privó del oído y cortó el nervio del lado izquierdo de mi cara en un segundo. Después de ese segundo hubo millones de personas rezando por mi vida y médicos competentes que me devolvieron el cuerpo. Yo era una buena chica. En mi corazón solo había deseado ayudar a la gente"
Autor: Neva Milicic, Psicologa.
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