Está comprobado que los pensamientos positivos permiten vivir una vida más feliz, saludable y con éxito, a pesar de los problemas.
La importancia del optimismo
Si bien nadie domina completamente el mundo de los pensamientos, hay herramientas para desarticular las preocupaciones cotidianas. Una es visualizar la felicidad. El cerebro convierte cada pensamiento, cada información, cada imagen, en una reacción física. Por ejemplo, una película de suspenso acelerará el ritmo cardíaco o activará un estado de alerta, entre otros síntomas. La técnica de la visualización se sirve de la reacción del cuerpo ante pensamientos e imágenes. Se traen a la mente imágenes positivas para provocar reacciones físicas. Así se pueden dominar miedos, fortalecer la autoestima y poblar con alegría el subconsciente. Éste funciona con imágenes y sentimientos que se generan a partir de ellas; no reconoce conceptos de fatalidad o euforia. Un ejercicio de visualización se puede realizar antes de dormir. Relajarse y pensar en la frase: "Estoy satisfecho y animado, la felicidad es mi compañera". Aparecerá una imagen personal de felicidad que aportará mayor bienestar y dicha. Otra herramienta es verbal: repetir la frase "Estoy contento y sereno" cada vez que haya preocupaciones, ira o envidia, evita que ingresen estas emociones en la mente.
El cerebro: la fabrica de la felicidad
En el cerebro ocurren muchos y diversos procesos. El lado izquierdo es el responsable de la lógica, de la mente analítico, de los cálculos, del aprendizaje del idioma. Allí se acumulan datos, cifras, detalles. El derecho representa la creatividad, en el se generan imágenes, sentimientos, poemas y nuevas ideas.
En una situación ideal, ambos hemisferios trabajan en conjunto: en ese caso, podrían encontrar soluciones totales a situaciones complejas. Pero en reglas generales, las dos partes del cerebro actúan así con poca frecuencia. La visualización ayuda a conectar la parte izquierda del cerebro con la derecha, y a motivar a otras regiones a colaborar en los procesos mentales. La tarea de pensar en imágenes se dificulta un poco únicamente al comienzo, con la práctica se consiguen satisfactorios resultados.
La empatía es la mejor forma de estar bien con los demás
La pareja, la familia, las amistades y los vínculos laborales son determinantes en la vida de una persona. Por eso, estas redes afectivas necesitan ser nutricias y no fuente de conflictos y desencuentros. La empatía es como una barca que permite llevar a buen puerto los afectos, más allá de que tengan que atravesar algún temporal. Según la Real Academia Española es la "participación afectiva, y por lo común emotiva, de un sujeto en una realidad ajena". En general se entiende que esa "realidad ajena" son los sentimientos de las demás personas. Por eso, hay que tener presente que en la comunicación hay una concordancia emotiva entre las personas. El proceso de comunicación "empático" tiene tres pasos:
1. Hay que comprender la situación o hecho, no dejarse llevar por el primer impulso.
2. Hay que escoger con atención la mejor manera para expresarse antes de transmitirlo (ideas, palabras, tono de voz, gestos.)
3. Hay que saber escuchar empáticamente, sin juzgar y poniéndose en el lugar del otro, porque es el primer paso hacia la comunicación saludable y eficiente.
Eso no significa dejar de lado las propias opiniones, sino equilibrarlas frente a las ajenas. Esta actitud enriquece a una persona, brinda apertura mental y facilita la relación con los otros.
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